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Viviendo con mi peor enemigo
Como crecí en una familia disfuncional, con abandono emocional, pensé que nunca me sentiría amada. Era una persona amargada, y siempre peleando con todos. Recuerdo despertarme por las mañanas, abrir los ojos y pensar: “uf, un nuevo día”.
¿Cómo iba a disfrutar de estar viva si mis padres no me deseaban?
Recuerdo una vez discutiendo con mi mamá y ella me dijo directo a la cara: “Yo no te quería; estás aquí porque dejé mi pastillas anticonceptivas porque estaba muy flaca”… ¿Qué coño me está diciendo?
Entonces, crecí (inconsciente) buscando relaciones en las que pudiera sentirme de la misma manera: NO DESEADA, NO BIENVENIDA, NO todo.
Me fue muy bien en esa tarea 💯. Estaba amargada en todas las áreas de mi vida: odiaba mi trabajo, odiaba el país en el que vivía, casada con adicto al juego y al alcohol, ahogada en deudas, y encima de todo esto, a mi hijo estaba presentando problemas en el andar (luego le diagnosticaron Parálisis Cerebral).
Estaba agotada como mujer en todas las áreas que crees que necesitas marcar el checklist: esposa y mamá❌.
Fracasé por completo en cómo la sociedad cree que debe ser una mujer. Estaba tan lista para huir de mi vida. Y entonces… se abrió una puerta: un chico que conocía y yo sabía que le gustaba, estaba en LinkedIn y veo que su empresa crecía con mucho éxito. Le envié un mensaje privado felicitándolo por el crecimiento de su negocio en los últimos años, ¡y eso fue todo!
Sabía que iba a morder la carnada…
Esto condujo a una aventura como las películas: después de una semana de sex-testing, acordamos encontrarnos en el hotel.
Le creé una gran mentira a mi jefe y a mi esposo, para que nadie me llamara durante horas. Tomé un taxi. Todo el camino nos mantuvimos enviándonos mensajes de texto; recuerdo esto, y puedo sentir la emoción de nuevo en mi estómago. Todos estos sentimientos, olvidé que estaban ahí (pasión, sensualidad, felicidad, miedo, lo desconocido, sentirme viva, todo tan rico).
Este hombre realmente hizo el esfuerzo de crear el escenario perfecto (me gusta llamarlo Don Juan, porque es el amante perfecto): hotel perfecto, habitación enorme, cuando entré, dejó sobre la mesa un libro que tanto deseaba, tenía puesta mi canción favorita del momento, Amy Winehouse “You Know I’m No Good”, caminó hacia mí y no dijo ni una palabra… y el resto no hace falta explicarlo…
Todo parecía perfecto, tan emocionante. Salimos de la habitación, fuimos a su auto, fue un caballero y me abrió la puerta… dentro de mí yo estaba como:
“¿¿qué?? ¿Todo esto por y para mí?… y luego encendió el auto, y otra vez tenía puesta otra de mis canciones favoritas sobre las que nos enviamos mensajes de texto.
Y fue entonces cuando me di cuenta: me sentí tan conectada con la canción de Amy porque sentí que yo no valía la pena, no era buena.
No estaba engañando a mi esposo, me estaba engañando a mí misma, como la letra, “Me engañé a mí misma, como si sabía que lo haría”.
Me pregunté “¿por qué mi esposo, o todos mis ex, nunca me han tratado así?” Merecía sentirme así… VIVA.
Me la pasaba excusándome, siempre con mi discurso de lástima “oh, pobre de mí” porque mi mamá no me quería, y mi papá casi nunca estaba en la foto, tan ocupado trabajando y se mudó a otro país, bla, bla, bla …
Estaba actuando mi mejor acto en mi propia obra de teatro llamada vida: esta persona horrible, amargada, insoportable, pesada, pero… espera…
¿Yo misma me convertí en todo esto y culpaba a mi matrimonio de mi horrible y miserable vida?
No fui una víctima, usé a este amante como muleta para huir de mi vida.
Usé todo esto para despertarme de todas mis excusas, pero esto estaba lastimando a mi esposo, destruyendo mi matrimonio y el daño colateral: mi hijo.
Solo necesitaba decir mi verdad… que necesitaba encontrarme conmigo misma, necesitaba hacer un viaje en lo profundo de mi propia porquería, a mi sombra, para poder encontrar mi voz y permitir que mi autenticidad creciera dentro de mí, darme el permiso para disfrutar la vida, amar, sentirme amada… conectarme con las partes más grandes de mí.
No fue fácil darme cuenta de lo mal que estaba. Esto me tomó años, jugar a la víctima fue tan fácil para mí, y asumir la responsabilidad como un adulto, fue una carta que nunca jugué.
Pero esta muleta llamada Don Juan realmente me abrió los ojos para despertarme a la vida.
Yo no era todas esas cosas horribles que pensaba de mí:
¡sí! Yo misma hice eso, pero dentro de mí había un alma hermosa, que solo necesitaba abrazar su historia, sanar y poder compartir esto con otros que sienten lo mismo, porque es posible ser amado, y la vida es vale la pena ser vivido.
De las crisis podemos sacar oportunidades para darnos nuevas metas y vision de la vida. Recuerda que si ya estás decidido a tomar las riendas y asumir tu vida, para hacer los cambios puedes agendas tu primera cita completamente gratis aquí